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Talavera, en el tiempo, aparece con nombre propio en el año 181 a. de C. en los escritos del historiador romano Tito Livio, en los cuales relata la batalla, entre romanos y carpetanos, que se dio en Aebura, primer nombre de Talavera.

Un inciso. ¿Quién fue el fundador de Talavera? Cuenta la leyenda que Dios, irritado por la maldad de los hombres, envió el Diluvio Universal. Noé fue el único que se salvó, con su mujer y sus hijos y muchos animales de todas las especies.

Amainadas las lluvias que anegaron la tierra, los hombres quisieron desafiar a su creador y construyeron una inmensa torre que llegara al cielo: la torre de Babel. En castigo a su pretensión Dios envió la confusión de lenguas, los hombres no se entendían y tuvieron que dispersarse por la tierra. De este modo se dispersaron los hijos de Noé.

Uno de estos hijos llegó a España. Se llamaba Tubal. Y Tubal, a su vez, engendró a Brigo, que fue rey de ciertos territorios de la Península a los que puso su nombre. Brigo, por tanto, era hijo de Tubal y nieto de Noé. Y a él se debe la fundación de Talavera y su primer nombre: Caesarobriga. Bien, pues todo ello, según la leyenda.

La toponimia de Talavera va cambiando acorde con las dominaciones: romana Caesarobriga, en los siglos III y IV después de Cristo, fue ciudad agrícola y ganadera en la que se rendía culto a la diosa romana del trigo, Ceres, con presencia de Villas romanas como la de Saucedo en Talavera La Nueva y del primer ceramista talaverano conocido, Calvinus, que producía vasos decorados de figuras o marcas hispánicas.

De la Talavera visigoda, Élbora o Ébora, destacan el regalo que Liuva II hizo a Talavera de una imagen de la Virgen del Prado en el año 602, así como que la fiesta en honor de la diosa Ceres, las populares y ancestrales Mondas, se cristianizaran y el cortejo se encaminara desde entonces hasta nuestros días en alabanza a la Virgen del Prado. La Fiesta de las Mondas, declarada de interés turístico Nacional, tiene lugar cada año durante la semana de Pascua, con estas fiestas los talaveranos celebran las cosechas del año en esta comarca agrícola y ganadera, cruzada por cañadas.

La Talavera musulmana (Talabayra) desde el verano del año 713 hasta la conquista por Alfonso VI en 1083, conoce el crecimiento y engrandecimiento con la construcción del primer recinto amurallado de los tres con que ha contado Talavera, se caracterizaba por tener adosadas 16 torres albarranas, baluarte defensivo fortificado a la vez que atalaya, y figura central en el campo del escudo de Talavera.

A la dominación musulmana se debe igualmente el Alcázar, palacio que fue de Doña María de Portugal, que al contraer matrimonio con don Alfonso XI en 1328, recibió del monarca el dominio de la ciudad que desde entonces pasa a denominarse Talavera de la Reina. Es en 1369 cuando Talavera pasará a pertenecer al Arzobispado de Toledo, Enrique II dio Talavera al Arzobispo Gómez Manrique a cambio de la Villa de Alcázar.

Pervive parte del segundo recinto de la muralla, que arranca en la calle de Carnicerías, y junto a ella está la Puerta de Sevilla (abierta en el muro por el Cardenal Quiroga, en 1579 para facilitar la entrada de mercaderes, ante la insuficiencia de la Puerta del Río), el Torreón de Zamora y los restos de la plaza de San Miguel.

El antiguo puente romano, el Puente Viejo, fue destruido por los árabes en su huida de Talavera y mandado reconstruir por el Arzobispo Don Pedro González de Mendoza en 1483, aprovechando algunas cepas romanas y construyendo en ese mismo estilo, motivo por el cual es aún conocido como el Puente Romano.

En el siglo XIII, el rey Alfonso X el Sabio concedió a Talavera el privilegio de que se hicieran "cambios de ganado, y se ponga justo precio y que todos los que concurran a estos tratos sean amparados por el Concejo".

El hijo y sucesor de Alfonso X, Sancho IV, otorgó a Talavera en 1294 por Privilegio Real, cuyo interesante e histórico documento se conserva en al Archivo Municipal "que ayan Feria en Talavera daquí adelante para siempre". Lo que dio paso a la creación de la Alhóndiga, casa pública para la compraventa de mercaderías y alrededor de la cual se establecieron posadas, comercios y puestos para el trato que desde entonces han dado carácter a la ciudad. En los últimos años del siglo XIX el auge de las ferias con el trasiego de gentes y ganados que acudían por Mayo y Septiembre, ensanchan los límites de la ciudad y aparecen nuevos barrios.

A este gran desarrollo contribuyó la línea de ferrocarril Madrid - Talavera - Cáceres - Portugal. En la actualidad, el Mercado Nacional de Ganado, situado en el Kilómetro 123 de la Autovía E-90 e inaugurado por S.M. el Rey Don Juan Carlos I en al año 1994, desarrolla sus actividades con las tecnologías y servicios de máxima calidad que le han permitido integrarse en la Red Europea de Mercados.

Durante los siglos XV y XVI experimentaron las Ferias de Talavera un gran auge, coincidiendo con el nacimiento y actividad de algunos de sus más ilustres vecinos, como Fernando de Rojas (autor inmortal de la obra cumbre del Teatro Español "Comedia de Calisto y Melibea", es decir, "La Celestina"), miembro durante muchos años del Concejo y aún Alcalde Mayor que llegó a ser de Talavera. Fray Hernando de Talavera, confesor y consejero real, que en 1487 preside la "Junta de Salamanca", para analizar los Proyectos de Colón. El gran músico Francisco de Peñalosa. El ilustre jurista Fray García de Loaysa y la insigne figura del Padre Juan de Mariana, Cronista Real de Felipe IV e inmortal historiador, cuya figura puede apreciarse junto al actual Ayuntamiento en la obra del escultor Eugenio Duque.

Junto a la reafirmación de Talavera como centro comercial y ferial, en el siglo XVI, los alfares talaveranos, coincidiendo con la llegada a la ciudad de Jan Floris para realizar la azulejería del Alcázar de Madrid en 1562, inician la que en el siglo XVII será la Edad de Oro de la cerámica talaverana, ciudad que por la cantidad, calidad y variedad de su producción cerámica comenzó a ser conocida como la Ciudad de la Cerámica, y sus piezas solicitadas desde dentro y fuera de la Corona de España.

Durante los siglos siguientes Talavera reafirmó su papel como centro comercial y sus ferias siguieron ganando en importancia. Por otra parte, en el siglo XVI, comenzarán a tomar nombre propio los alfares talaveranos y su producción creció en cantidad y calidad durante los siguientes siglos. La creación en 1748 de la Real Fábrica de Seda es otro de los hitos que acrecentaron el carácter industrial y la riqueza de la ciudad.

La elaboración cerámica, así como todas las actividades cotidianas de la vida de Talavera se vieron afectadas por su participación en la Guerra de la Independencia frente a los ejércitos napoleónicos. En sus tierras tuvo lugar el 28 de Julio de 1809 la Batalla de Talavera, en las que el general Cuesta y Wellington vencieron a los franceses.

Con posterioridad, la actividad cerámica talaverana resurgió en el primer tercio de este siglo de la mano de un ilustre ceramista y su taller, Juan Ruiz de Luna, el que junto a otros maestros artesanos, elevaron la calidad técnica y artística de la cerámica talaverana y española, mediante el conocimiento, estudio y experimentación de los materiales y técnicas, tanto tradicionales como de su tiempo. Las actividades artesanales, y muy singularmente la cerámica, continúan formando parte de la vida de talleres actuales, en los que el buen hacer ceramista sigue siendo imagen de marca de Talavera. Artesanías destacadas también son el trabajo del cuero por guarnicioneros, la elaboración de muebles y la talla de madera, entre otras labores artesanales que siguen realizándose con gran maestría.

No podemos despedir esta "visita a Talavera", sin hacer mención a un ganado muy especialmente vinculado a la ciudad y sus habitantes: el toro bravo y las Fiestas de los Toros. Con una tradición taurina tan manifiesta, que ha quedado impresa en su escudo de armas, con dos toros flanqueando el arco de la Torre Albarrana, como símbolo de la relación intensa desde siempre con los toros, y por supuesto, con las fiestas que hasta la actualidad han convertido a Talavera en una plaza histórica de la Tauromaquia, por la que han pasado y pasan todas las figuras del toreo.

A lo largo de las últimas décadas, Talavera ha experimentado un constante desarrollo fundamentado en su actividad industrial y comercial, consolidándose como relevante centro de servicios y comunicaciones.

Estos datos, puntos sueltos de una larga línea, sirven para entrever la importancia que ha tenido en el tiempo esta ciudad de Talavera.

Escudo de Talavera de la Reina

El escudo de Talavera.

Se cuenta que cierto pretor del Imperio Romano, siguiendo la vieja costumbre de erigir monumentos para conmemorar victorias, celebró su entrada en Talavera levantando en la zona del Casar la figura de dos toros junto a una torre. Al parecer, la torre que aparece en nuestro escudo representa las numerosas torres albarranas que llenaban nuestra ciudad; y los dos toros no son toros, sino un buey y una vaca, y simbolizan una costumbre romana muy curiosa que consiste en dejar sueltos a estos animales enganchados a una vertedera. El surco que trazaban al andar era seguido después por los ingenieros romanos para empedrar sobre él un camino. Dicha costumbre no es ninguna superstición, al contrario, se basa en un razonamiento muy astuto, pues los bueyes buscan siempre el terreno menos dificultoso (sobre todo en los ascensos). La fórmula de ingeniería quedó simbolizada para siempre en el escudo talaverano, pues también se empleó para delimitar el término de nuestra ciudad.

Pero existe una leyenda totalmente inventada que da otra explicación a los símbolos de nuestro escudo. Al parecer, este buey y esta vaca eran los únicos animales que quedaban tras el recinto amurallado donde los talaveranos resistían cierto asedio. Los días pasaban y las dos reses cada vez se hallaban más cerca de servir de almuerzo a los asediados. Cuando el hambre se hizo insoportable y ya acudían los talaveranos con el cuchillo a dar el tajo a las pobres bestias, se les ocurrió una idea: abrieron la puerta del recinto y las dejaron libres.

Por esta señal los enemigos entendieron que a los talaveranos nos sobraba el alimento, y viendo que el asedio podría alargarse indefinidamente, desistieron de su intento y se marcharon, pues los enemigos tampoco andaban muy holgados de provisiones. El escudo, pues, reflejaría el momento en que las reses salen de las murallas y dan la victoria a los talaveranos.

Talavera en estos últimos años del siglo XX, segundo núcleo de población de Castilla La Mancha, continúa ejerciendo una gran actividad y liderazgo en todos los sectores de la vida social y económica comarcal, tanto en los más tradicionales agrícola-ganaderos, como en los comerciales, industrial-tecnológico y de servicios, modelando lo que será la ciudad y su comarca en el próximo siglo.

Alcalde-Presidente: Gonzalo Lago Viguera, Código Postal: 45600, Teléfono: 925805300, Fax: 925821616.

WEB: Web Oficial de Talavera de la Reina.