Recintos amurallados y Alcázar
Por encima de esa muralla que hunde sus cimientos en las aguas del Tajo, entre el puente romano y el metálico, discurre la Ronda del Cañillo. Dichas murallas, desgraciadamente, sepultadas bajo millares de toneladas de escombros, desaparecieron para ganar terreno al río y ensanchar dicha vía
La ciudad de Talavera estuvo rodeada por tres recintos amurallados, cuyo origen debe buscarse en las necesidades defensivas de la población, ante las invasiones que se iniciaron con los musulmanes.
El primer recinto tiene forma semicircular, es el más antiguo pero el mejor conservado, sin duda debido a la calidad de la construcción. Fue mandado construir, lo mismo que el Alcázar, por Adberrahaman III en el año 937. La muralla partía del alcázar, continuando por diversas calles (Ronda del Cañillo, Calle Lechuga, Calle del Charcón, Corredera del Cristo, Plaza del Reloj, Calle Carnicerías), llegaba al río Tajo, para volver al alcázar. La muralla romana había sido construida en época califal. Aprovecharon algunos lienzos de la muralla romana y, como nota particular, a sus almenas y cubos se unieron 16 torres albarranas, torres salientes que hacían casi imposible la toma de la ciudad por la fuerza. Las torres albarranas imitan las fortalezas almohade; hoy se conservan doce. En un principio se abrían al exterior a través de varias puertas: Mérida o San Clemente en la parte occidental, la del Río en la meridional, San Pedro en el norte que comunicaba con la Plaza del Reloj.
Arco de Zamora. El antiguo arco de Zamora que había a la salida de la calle Mesones. Puede verse en la foto la Iglesia de Santiago y la antigua torre del Reloj.
En el siglo XVII existían además, la de Pescaderías, y la Puerta Nueva abierta al final de la Corredera. El centro de este recinto se hallaba en la Plaza del Pan. La gran concentración de edificios religiosos y palacios de hidalgos, hacen de ella la zona residencial por excelencia.
Puerta de Sevilla. Situada en la Calle Carnicerías.
El segundo recinto se construyo en el siglo XII, construido para dar protección a los castellanos y francos que vinieron con Alfonso VI, en el que se hallan los Arrabales Mayores o Nuevos. Comenzaba en la Ronda del Cañillo y terminaba en la Puerta de Mérida, en la calle de San Clemente. En la actualidad se encuentran en estado ruinoso, debido a la ínfima calidad de los materiales empleados. Sólo los tramos realizados en piedra, como puertas y algunas torres, se conservan en buen estado. Partía de la alcazaba, eran de ladrillo y tapial, tenía forma de semicírculo. Poco a poco se desplazaba hacia oriente hasta unirse con el primer recinto a la altura de la Puerta de Mérida. Los arrabales tenían varias puertas; la del Sol situada al este, la de Toledo, la de Zamora al norte, la Puerta de Sevilla, mandada abrir por el Cardenal Quiroga en 1579 para aligerar el paso de las muchas gentes que venían a las ferias de Talavera, y la de la Villa en la C/Cerería; el Polvorín en la esquina de la calle Cabeza del moro, un torreón perteneciente a la Puerta de Zamora ,algunos restos en la plaza de San Miguel.
El centro de este núcleo era la actual Plaza del Reloj, llamado antes de la Villa. Era el centro comercial de la ciudad. Las puertas de Toledo y Zamora, acogían las actividades de la cerámica y la ganadería que eran la base de la economía de la ciudad. Por su situación era un enclave principal de la Mesta.
Los cargos públicos y los profesionales se fueron asentando poco a poco alrededor de estas calles, dándoles la categoría de centro de la ciudad, manteniéndose hasta nuestros días.
Arco San Pedro
El Alcázar fue palacio para María de Portugal, en sus habitaciones vivió la reina las grandes ausencias del rey Alfonso XI, este rey al casarse con María de Portugal en 1328 le hizo como regalo la ciudad de Talavera, llamándose desde entonces Talavera de la Reina. El Alcázar fue prisión y después lugar de ejecución para doña Leonor de Guzmán, favorita del rey Alfonso XI; Leonor de Guzmán fue ejecutada por Alfonso Fernández de Olmedo, siguiendo las órdenes de María de Portugal. Desde el 25 de Junio de 1369, fecha en que Enrique II cambió Talavera al arzobispo Gómez Manrique a cambio de la villa de Alcázar, Talavera perteneció a los Arzobispos de Toledo; desde esa fecha el Alcázar pasó a ser Palacio Arzobispal pero en la época del Cardenal Cisneros se le cita por sus estado ruinoso.
La antigua Puerta de Mérida, una de las mas hermosas de la ciudad, estaba en la entrada de la calle de Mérida. Fue derribada en el año 1880, empleando los materiales de su derribo en la construcción del actual cementerio.
En sus paredes han quedado el poso de la Talavera alfarera, es un verdadero museo de la cerámica, donde podemos admirar obras de azulejería desde el siglo XVI hasta el XX. La cerámica de los laterales pertenecen al siglo XVII y fueron realizadas expresamente para el templo a sugerencia de Cosme Gómez de Tejada; del siglo XVI son las cerámicas del pórtico, el retablo de San Cristóbal y los mosaicos relativos a la vida de San Antonio Abad, puesto que proceden de la antigua Ermita de San Antón, destacando el retablo mayor, colocado en el crucero de la Basílica, al lado derecho, verdadera joya del quehacer alfarero de Talavera. En su hornacina central se conserva una estatua de San Antonio, realizada por Juan de Alburquerque y fechada en 1571, única pieza que se conserva en terracota.
La tercera era tan sólo un tapial que cerraba las calles más lejanas del centro y que tenía un fin de control sanitario en épocas de epidemia. Arrancaba entre la Puerta de Zamora y la Villa, para ir a morir hacia el oeste en el Tajo.