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Artesanía y Naturaleza. Campana de Oropesa - Jara Baja

Una vez más proponemos una ruta con el binomio natural y arte, aunque esta vez el itinerario a recorrer transcurre por una de las zonas en artesanía de toda Castilla-La Mancha. Artesanía son señas de identidad propias y fama mundial: labores de Lagartera y cerámica de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo.

Nuestro punto de partida es Talavera de la Reina, partimos por la C-502 en dirección a Arenas de San Pedro, después de pasar por El Casar de Talavera, que cuenta con una iglesia renacentista y una atalaya circular en un cerro cercano al pie del que se encuentra un viejo molino. Continuamos nuestra ruta acercándonos a Velada, conocida en el siglo XIV como Atalayuelas de Guadierva. Fue residencia del Infante Don Luis con ocasión de su boda con doña María Teresa de Vallabriga, habitando en 1776-1860 en un palacio propiedad de los condes de Altamira. En la población son de destacar su iglesia parroquial de San Bernardino, del siglo XVI, gótico de transición, con un magnífico artesonado y cerámica de Talavera; el palacio de los Marqueses de Velada, el convento de San Francisco, las ermitas de la Virgen de Gracia y de Santa Ana, el rollo de justicia y un molino de viento.

Seguiremos hacia Navalcán pasando por Parrillas. Navalcán es hoy uno de los pueblos que forman la campana de Oropesa, conserva dos puentes, uno romano sobre el Guayerbas y otro sobre el arroyo grande; en el pueblo una interesente arquitectura popular y en su entorno el embalse de su nombre, espacio natural de gran importancia debido a la fauna y flora; fresnos, alcornoques, encinas, robles, quejidos y endrinos. Bajo las aguas se encuentra un importante dolmen del que dos menhires tallados se encuentran actualmente en el Museo de Santa Cruz de Toledo. Se puede practicar la pesca de carpas, bogas, barbos y black-bass.

Los bordados de Navalcán son los que conservan las raíces más antiguas de todos los bordados toledanos, pudiéndosele identificar con el punto de Almoraján o Almoxafan; son muy famosas sus gorgeras ejecutadas del revés del tejido para que el dibujo quede al exterior. Son dibujos muy parecidos a los que se realizan en Israel, Siria, Persia o el Norte de África.

Torralba de Oropesa. Verraco

Continuamos hacia Torralba de Oropesa, que cuenta con una interesante iglesia del siglo XIV, con ábside románico y un magnífico artesonado policromado; un antiguo hospital del siglo XVI, gótico tardío. Lo más atractivo del pueblo, además del conjunto de arquitectura popular son los verracos ibéricos como el colocado en la plaza junto a la iglesia o los que se encuentran adosados a los muros de varias casas; uno de ellos tiene una inscripción. En la dehesa del Horcajo se encuentra un balneario popular.

Salimos a la N-V para dirigirnos a Calzada de Oropesa, uno de los pueblos más occidentales de la provincia. Son dignos de mención su iglesia parroquial, de estilo renacentista y ábside de cinco lados que conserva tres pinturas de Claudio Coello; en el tejado, una docena de nidos de cigüeñas blancas. Destacan también el convento de las Agustinas Recoletas, un conjunto de convento, iglesia y ermita de los siglos XVI al XVIII y varias casonas blasonadas repartidas por el pueblo.

A continuación visitamos Lagartera, villa conocida mundialmente por su artesanía, basada en los bordados y labores que realizan exclusivamente a mano y por las "bodas", de gran interés etnológico y costumbrista y en las que los invitados y los contrayentes lucen los trajes típicos.

Lagartera. Bordadoras

Su origen se remonta a la época romana aunque es en el siglo XIV cuando se data su fundación como Señorío de D. García Álvarez de Toledo, señor de Oropesa. El edificio de más interés artístico es su iglesia parroquial de El Salvador, del siglo XVI, de estilo gótico tardío y con reformas o añadidos barrocos de los siglos XVII y XVIII. La población ha mantenido una magnífica arquitectura popular y sus calles cobran una belleza espectacular el día del Corpus Christis, en que se montan un sinfín de altares con las mejores y más antiguas piezas de deshilados lagarteranos.

Llegamos ahora a la capital de la Campana; Oropesa, antigua villa, situada en el extremos occidental de la provincia, su fundación es muy antigua, se erigió en señorío y se le concedió al Infante Don Juan, hijo de Alfonso X el Sabio, su primer señor fue don García Álvarez de Toledo, por donación de Enrique II en 1336, pasando en 1371 a su hijo don Fernando Álvarez de Toledo. A partir del siglo XV se erige en condado por concesión de los Reyes Católicos. Aquí se hicieron fuertes los comuneros, en 1521, contra las tropas del Emperador.

Oropesa. Castillo-Parador

El casco antiguo, de trazado irregular, está marcado por la existencia de grandes edificios religiosos y civiles. En todo el conjunto lo primero que destaca es el castillo, que se empezó a construir en el siglo XII; éste es el denominado castillo "viejo" junto al cual se levantó uno nuevo a comienzos del siglo XV. Tenemos, pues, dos castillos, uno al lado del otro; el más antiguo era un cuadrilátero con torres circulares en sus esquinas y las del homenaje es cuadrangular. En él se ubica una escuela-taller de restauración. El nuevo está adosado al anterior, por lo que desaparecieron dos torres circulares del primero, siendo su planta rectangular con torres en los ángulos. El patio de armas está dividido en dos partes y tiene un recinto previo, atribuido a Herrera, renacentista del siglo XVI, donde se encuentra el Parador de Turismo.

Entre los edificios religiosos destacan la iglesia parroquial de la Asunción, con una portada del siglo XVI y torre, la iglesia jesuítica de San Bernardo, del siglo XVII, y el Colegio de los Jesuitas, plateresco y renacentista de los siglos XVI y XVII.

Como edificios civiles destacables podemos citar el Ayuntamiento antiguo, del siglo XV, con soportal y columnas en el piso bajo y el llamado pasadizo de los Condes de Oropesa, construido en el siglo XVI del que quedan restos en forma de arcadas de ladrillo. Otro elemento interesante es la puerta de la muralla, junto al palacio de los Condes; es una obra del siglo XV compuesta por dos torreones y vano de acceso. Algunas casonas y casas de indudable interés artístico y arquitectónico se hallan diseminadas por la población, como la casa neomudéjar del Reloj.

Salimos de Oropesa por la CM-4100 en dirección a Puente del Arzobispo; un poco antes de llegar tomaremos una desviación a la derecha para acercarnos a Valdeverdeja. Su fundación data del siglo XVI y en tiempos del Carlos II se convirtió en villa. Su conjunto urbano es de los más interesantes de la zona, con una parte de estructura claramente medieval. Destacar su iglesia parroquial, renacentista del siglo XVI y la Casa del Curato, de la misma época. Tuvo siempre está población una gran tradición alfarera hoy por desgracia perdida.

Puente del Arzobispo. Rollo

Nos dirigimos ahora a Puente del Arzobispo, situada junto al río Tajo, famosa por su cerámica. Tuvo su origen en el puente mandado construir por el Arzobispo de Toledo don Pedro Tenorio, para facilitar el paso a la gran cantidad de peregrinos que iban a Guadalupe y a su sombra nació el pueblo. Sus alrededores están trufados de importantísimos yacimientos arqueológicos: Dolmen de Azután, ciudad hispano-árabe de Vascos...

En el conjunto urbano encontramos algunas construcciones de interés como el rollo de justicia, gótico del siglo XV, el puente que le da nombre, formado originariamente por ocho arcadas, aunque en la actualidad tiene tres más añadidas en 1770 para salvar los cambios en el cauce del río por efecto de las sequías; el llamado Palacio Arzobispal, convertido en viviendas, y que es una construcción del siglo XVII que sustituyó al desaparecido palacio que tuvo aquí don Pedro Tenorio. La iglesia y el convento-hospital de Santa Catalina, del siglo pasado, conserva una torre con elementos renacentistas y revestimientos de azulejos y el Convento de Franciscanos, del siglo XVII; muy deteriorado.

Su mundialmente conocida cerámica se caracteriza por su color verde y las decoraciones de base de animales como la liebre, el ciervo, la perdiz y otros motivos zoomórficos y vegetales del contexto próximo a la población. Al igual que la de Talavera, la profusión de formas es muy grande.

Dolmen de Azután

A las afueras del pueblo, a escasa distancia por la carretera comarcal 701, nos encontramos con el citado Dolmen de Azután, construcción megalítica del tipo corredor. Muy cerca, en una ampliación de la carretera, se ha encontrado recientemente una serie de enterramientos de época visigoda. Y a 8 Km., en el término de Navalmoralejo, se encuentra los restos conocidos como Ciudad de Vascos, un centro arqueológico de primer orden cuya datación se fija entre los siglos IX y XII. Se llega por un camino que sale frente a la carretera local que lleva a Navalmoralejo. Es un recinto fortificado situado en un promontorio rocoso, con un accidentado perímetro, entre el arroyo de la Mora y el río Huso. En las murallas se abren dos puertas, con arco de herradura y varios portillos. La alcazaba está formada por varios recintos cerrados por muros. Se conservan fuera de la muralla los baños de la mora, junto al arroyo del mismo nombre, con restos de baños públicos y ventanas y dos cementerios con enterramientos, el mejor conservado es el llamado de los lirios.

Navalmoralejo. Ciudad de Vascos

Nuestro próximo destino es La Estrella, población que conserva la típica arquitectura popular de la zona a base de piedra de pizarra blanqueada. Destaca su iglesia parroquial del siglo XVI de transición del gótico al renacimiento, con artesonado; tiene dos portadas platerescas y las Casa Señorial de los caballeros calatravos. Por un camino que sale hacia el sur nos acercamos a la finca de la Aldehuela para visitar el dolmen que lleva su nombre y que es muy parecido al que vimos en Azután, aunque éste tiene grabados esquemáticos de hombres en algunas de sus piezas.

Salimos a la carretera junto a Aldeanueva de San Bartolomé, situada entre el Cerro de Castrejón, las Cumbres y el risco del Cuervo. Su conjunto urbano es un destacado exponente de la arquitectura popular rural de la comarca de la Jara. Su iglesia parroquial es del siglo XVI, transición del gótico al renacimiento, en la que destaca su artesonado. En su término se encuentra los restos de un dolmen. En el Cerro Castrejón, podemos contemplar los restos de muros de viviendas, parte de la muralla y algún grabado rupestre en la piedra, con figuras esquemáticas. En esta población, como en todas las de la Jara y la Campana de Oropesa, las mujeres dedican parte de su jornada a la realización de bordados. Aquí además persiste la fabricación de las famosas gorras, sombreros realizados con paja de centeno.

Aldeanueva de San Bartolomé. Iglesia Parroquial

Un poco más adelante se encuentra Mohedas de la Jara. Nada más entrar al pueblo debemos detenernos en su ermita para ver las aras romanas que están situadas en su puerta. Ya en el interior del pueblo es de destacar la casa del obispo de Coria, don Juan Álvarez de Castro, asesinado por los franceses; bonita portada con inscripción y en el patio un capitel visigodo. La iglesia parroquial merece también una visita; se accede a ella por una puerta situada en la base de la torre, conservando en el interior algunos paneles de cerámica de Talavera. Tiene este templo otra entrada en la parte sur.

Si es aficionado a los fósiles de aquí al puerto de San Vicente podrá encontrar interesantes ejemplares. En el puerto tienen un museo de fósiles.

Toda la sierra es un gran espectáculo de castaños, encinas, alcornoques, pinos, rebollos... desde lo más alto, las vistas sobre la Jara y los valles de los Guadarranques es impresionante. Esta es una de las zonas más desconocidas de la provincia de Toledo, es refugio de gran cantidad de venados, jabalís, corzos, por lo que se dan gran cantidad de monterías. Es fácil además observar rapaces en pleno vuelo.

Muy cerca de Mohedas y dirección al puerto pasa la cañada leonesa, un buen itinerario para los amantes del senderismo que quieran ascender hasta el puerto de San Vicente.

Desde el puerto nos dirigimos a El Campillo de la Jara, cuya fundación data del 1050, aunque se desconoce quienes fueron sus primeros pobladores. Su conjunto urbano conserva la tradicional arquitectura popular de la Jara, con sillares de pizarra encalados, resaltando la redondez de la fábrica en los esquinazos.

Continuamos ahora a La Nava de Ricomalillo, en cuyos alrededores se encuentra la sierra Jaeña donde se asienta una antigua mina de oro, guardando relación la explotación de ésta con la ciudad hispanomusulmana de Vascos. En el siglo XVIII era la veta aurífera más rica de la península ibérica. En el siglo pasado se abandonó definitivamente por falta de rentabilidad. Quedan los restos de todas las instalaciones. Desde el balcón de la mina tenemos una magnífica vista de la Jara sur con la sierra de Guadalupe. En el camino de La Parrilla, a un kilómetro del pueblo, nos acercamos hasta una de las grandes lanchas de pizarra vertical en las que se encuentran grabados rupestres esquemáticos de la Edad de Bronce. En los restaurantes de las Navas podemos degustar una rica gastronomía relacionada con la caza.

Arquitectura Popular

Comenzamos a descender de la sierra para acercarnos hasta Belvis de la Jara, importante enclave arqueológico que va desde la cultura del vaso campaniforme en las bolillejas hasta el viejo castillo romano-visigodo de Canturias y los innumerables hallazgos de época romana. Sus primeros edificios datan del siglo XIV. Su iglesia parroquial mudéjar se encuentra muy restaurada y conserva un artesonado de lacería. Es de resaltar urbanísticamente el trazado de la plaza y de la calle Real, con viviendas del siglo XIX.

Camino de regreso hacia Puente del Arzobispo, pasaremos por Aldeanueva de Barbarroya, donde podemos ver su iglesia parroquial, gótica tardía. Azután, la villa más antigua de la comarca de la Jara, su fundación como villa viene dada por un privilegio de Alfonso X. Sobre el arroyo de la Anguilucha se conserva un puente de construcción medieval.

Pasado Puente del Arzobispo, tomaremos la carretera que se dirige a Talavera de la Reina para, en la cercana Alcolea de Tajo, dirigirnos al antiguo palacio y asilo del Bercial, propiedad del patronato del Hospital de San Rafael de Madrid. En le patio de entrada se encuentra una lápida romana con una inscripción, empotrada en el muro. Al lado del palacio hay un curioso berraco doble son dos esculturas adosadas junto a otro muy deteriorado. En la zona de la vega se ha localizado una importante necrópolis romana. En el pueblo podremos ver su típica construcción de adobe y su curiosa iglesia parroquial.

Calera y Chozas. Casa de las Tórtolas

En la vecina Calera y Chozas, población que debió su fundación a la explotación de unas minas de cal, son reseñables su iglesia parroquial, la Casa de las Tórtolas, una fábrica de harinas de estilo clasicista y su estación de ferrocarril. Este será el punto de partida para todos aquellos que quieran realizar la denominada vía verde de la Jara. Es el antiguo trazado de la vía que enlazaba Talavera de la Reina con Villanueva de la Serena. Estaba todo previsto pero nunca funcionó y hoy vemos un gran número de estaciones que nunca vieron pasar un tren. El recorrido se ha acondicionado como vía verde entre Calera y Chozas y Puerto de San Vicente. Su longitud es de 52 kilómetros, el firme es de tierra cuenta con cinco viaductos y se atraviesan 17 túneles. Recorrido por el valle del Tajo, embalse de Azután, Dehesa del Arco, Valles del Huso y San Martín, Sierra de Altamira, Jarales y Paisajes de bolo Graníticos. Los usuarios de esta ruta son los amantes del senderismo, los cicloturistas y está también indicada para realizarse a caballo.

Y regresamos a Talavera de la Reina, desde donde podremos emprender nuevas rutas que nos adentren en el conocimiento de Castilla-La Mancha.

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Información recapitulada de:

Infotur. Castilla-La Mancha